lunes, 8 de septiembre de 2014

La división del trabajo.

Hola mis queridos lector@s de El Rincón del Sueko. No hace muchos días hablábamos de dos clasicos de la Administración: Henry Ford y Frederick Taylor.  Necesariamente hemos de hablar ahora del concepto de división del trabajo, concepto que va muy ligado a los estudios de ambos y, muy especialmente, a la cadena de montaje de Ford del cual ya hablamos muy detenidamente.

El término división del trabajo consiste en la separación de las operaciones productivas, en la descomposición del esfuerzo total que exige la satisfacción de las necesidades materiales, de suerte que cada productor atienda a una sola de ellas determinadamente y se dedique siempre a la misma tarea o a un corto número de funciones.

La división del trabajo no es más que una aplicación de la ley general de la actividad, y se funda en las condiciones de los dos términos de la relación económica: el hombre y la Naturaleza. Las facultades humanas tienen un desarrollo particular en cada individuo, que determina el predominio de alguna de ellas y la aptitud especial para ciertas ocupaciones; y, por otra parte, todas estas facultades se perfeccionan con el ejercicio continuo, y se hacen cada vez más eficaces.

A esto se agrega que, por el gran número y la mucha diversidad de las necesidades, no es posible satisfacerlas con alguna extensión aisladamente, y hay que acudir a la división del trabajo, que establece el esfuerzo colectivo, señalando un lugar a cada uno en la obra de la industria. Por eso, se ha dicho que la unidad de la vocación y la multiplicidad de las necesidades eran la causa de la división del trabajo. Al mismo tiempo, la Naturaleza también descompone su acción, repartiendo con desigualdad los agentes naturales, y exige, según los climas y las regiones, que el trabajo se aplique a cierta producción exclusiva o preferentemente.

La división del trabajo, como toda variedad, supone un principio que la organice, y en el mundo económico la armonía se consigue por medio del cambio, que hace comunes los productos obtenidos en las industrias separadas, y pone al servicio de cada cual los resultados de las producciones. Las ventajas que más detalladamente señalan los economistas de la división del trabajo son las siguientes:

  • Aumenta la destreza del trabajador y disminuye su esfuerzo, porque la repetición de unos mismos actos los facilita en extremo.
  • Economiza el tiempo que se invierte en mudar de sitio y de herramientas, cuando hay que ejecutar diversas operaciones.
  • Facilita la invención de las máquinas, porque concentra la atención del trabajador en una aplicación determinada.
  • Ahorra el gran número de los capitales que serían necesarios para que cada productor se ocupase en varias industrias.
  • Permite utilizar todas las aptitudes, porque da lugar a tareas muy sencillas que pueden ser desempeñadas por cualquier trabajador.

A todos esos beneficios se añade la rapidez que da a la producción la división del trabajo, haciendo simultáneas las operaciones que, sin ella, habrían de ejecutarse sucesivamente.

La división del trabajo comienza por agrupar las ocupaciones análogas, y se desarrolla luego constituyendo en industrias distintas cada una de las operaciones necesarias para formar un producto. De ahí nace que todas las organizaciones se organicen internamente. Los organigramas son la representación gráfica de la estructura orgánica de una empresa u organización que refleja, en forma esquemática, la posición de las áreas que la integran, sus niveles jerárquicos, líneas de autoridad y de asesoría (este concepto lo desarrollaremos en otro post más adelante).

Ejemplo: Los alfileres del libro La riqueza de las naciones de Adam Smith, si una persona fabrica alfileres hace menos de cien al día mientras que si dividimos el trabajo puede fabricar hasta 10.000 alfileres.

Aunque esa división no puede aplicarse con igual intensidad en todas las producciones, sus límites, por regla general, no son otros que los que detienen al trabajo mismo, y le sigue en todos sus progresos: cuanto mayor es el esfuerzo dedicado al fin económico, tanto más se fracciona; así, la división apenas indicada en las localidades e industrias pequeñas crece sin cesar en las grandes empresas y en los centros de población considerables.

Para finalizar, un vídeo muy divertido que nos ayuda a centrar el tema:



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