Noche de estreno en un gran teatro de ópera. Una de las grandes óperas del maestro Verdi "Macbeth" reservada para voces muy poderosas. La expectación es máxima porque significa el debut de una de las grandes sopranos del momento. Comienza el primer acto y llega "Nel di della vittoria" un ária auténticamente espectacular donde la soprano ha de sacar lo mejor de sí misma.... los bravos son atronadores. Al final de la función el público en pie ovaciona a la diva que saluda y agradece durante minutos los aplausos y vítores del respetable.
Acabada la representación los aficionados esperan pacientemente la salida de la artista para pedir una foto o un autógrafo. Ahí está él, "il Cavaliere" con un dvd de la soprano interpretando una obra maestra del Maestro Puccini: Tosca. Anteriormente había conseguido en la misma carátula del dvd el autógrafo de Leo Nucci, gran barítono italiano que también cantaba en la misma grabación.
Macbeth en el Gran Teatre del Liceu (2004). Maria Guleghina
De golpe llega el momento: il Cavaliere se dirige con gran respeto a la Diva y le solicita su autógrafo. Ella con semblante serio se presta y sin prácticamente mirar lo que firma apunta el rotulador justo encima del autógrafo de Nucci. En ese momento suena un potente: "¡noooooooooooooo!" de angustia del admirador que ve como la carátula puede convertirse en un auténtico desastre. A la diva casi se le escapa de la mano de rotulador y con una sonrisa de sorpresa pide perdón y firma al lado de su ilustre amigo.
Este podría ser el final de una historia corriente pero iba a tomar un desenlace inesperado. La diva finalmente sale del teatro a indicación de su secretaria personal puesto que el taxi ya estaba en la puerta. Ella, con gran elegancia, se dirige al vehículo pero espera que el conductor salga para abrir la puerta pero no lo hace... ¡Ella es la gran Diva! ¿Cómo se atreve?
Il Cavaliere, que presencia la escena, no lo duda ni un instante, se acerca, abre la puerta y le cede la mano a la soprano con un "Prego". De nuevo cara de sorpresa y... acepta. Il cavaliere cierra la puerta y la saluda con una reverencia. De golpe, la ventana baja y la soprano ofrece de su ramo una bella flor que da a su fiel seguidor diciendo "tante grazie, Cavaliere". El taxi arrancó destino al hotel.
Ella era Maria Guleghina e "Il Cavaliere" era este Suekin, que por aquellas épocas usaba de nick el de un personaje de la Tosca "il Barone Scarpia".
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Creo que algún día deberías comentar de donde proviene ese alias de "Sueko" o mejor dicho "El Profesor Sueko".
ResponderEliminarJajajajajaj... Posiblemente te llevarías una sorpresa :p
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