Ayer, día 7 de abril, Día Mundial de la Salud, se celebró como todos los años para conmemorar el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud en 1948 (OMS). Este año, el lema es "Hablemos de la depresión".
La preocupación creciente por el aumento de la siniestrabilidad laboral ha hecho que los gobiernos y las distintas administraciones hayan tomado carta en la prevención de los riesgos laborales. A la presión social para «hacer algo» que reduzca el número y la gravedad de los accidentes se une el alto coste que para el Estado y las empresas tienen los accidentes de trabajo.
Tal y como nos dice el Ministerio de Empleo y Seguridad Social a través del Observatorio Estatal de Condiciones de Trabajo en su informe del año 2015, en el año 2015 en España ocurrieron 529.248 accidentes de trabajo con baja; El 86,5% se produjo durante la jornada laboral (458.023 accidentes de trabajo con baja en jornada de trabajo) y el 13,5% restante en el trayecto del domicilio al centro de trabajo o viceversa (71.225 accidentes de trabajo con baja in itínere).
Por desgracia, las actuaciones gubernamentales se han dirigido más a derimir responsabilidades y castigar a los culpables que a buscar mecanismos reales para prevenir los riesgos. Un dato clarificador: desde que en España se puso en marcha la nueva normativa sobre prevención de riesgos, que asumía la Directiva Marco de la Unión Europea en esa materia, el número y gravedad de los accidentes laborales no ha disminuido en absoluto (ha aumentado, de hecho).
Las responsabilidades que atribuye la nueva normativa al Responsable de Mantenimiento son importantes: junto con sus propios mandos, es el responsable de velar por la seguridad de los trabajadores a su cargo, de garantizar la ausencia de accidentes.
Según la actual normativa de prevención de riesgos laborales, lo primero que hay que intentar es evitar los riesgos, y si no se puede conseguir, evaluar los riesgos que no se puedan evitar y tomar las medidas necesarias para minimizar esos riesgos. Es preciso analizar los accidentes de trabajo y buscar sus causas, evitando explicarlos por la mala suerte, la casualidad, o achacarlos exclusivamente a la falta de cuidado del operario.
Es necesario combatir los riesgos en su origen. Será también necesario descubrir los riesgos de contraer enfermedades profesionales, teniendo en cuenta los contaminantes existentes, su concentración, intensidad y exposición a los mismos.
Además de estos daños, la salud de los trabajadores puede verse agredida como consecuencia de la carga de trabajo, física y mental, y, en general, de los factores psicosociales y organizativos capaces de generar fatiga, estrés, insatisfacción laboral, etc.
Todas estos factores deben ser estudiados y tenidos en cuenta, con el objetivo último de conseguir puestos de trabajo seguros y saludables, buscando el bienestar de los trabajadores. Según la OMS, se define Salud como el estado de bienestar físico, mental y social completo.
La gestión de la prevención.
La gestión de la prevención se asienta en 6 factores clave:
- El compromiso de la Dirección. La Dirección de la empresa ha de dejar clara su voluntad y sus objetivos en cuanto a la seguridad y debe definir funciones y responsabilidades dentro de la organización.
- Diagnóstico de situación, evaluación de riesgos y control periódico. La empresa debe asegurar que se analizan y evalúan los riesgos asociados al trabajo, y que la seguridad se audita periódicamente para comprobar el cumplimiento de las directivas marcadas.
- La planificación preventiva. La empresa debe fijarse objetivos en materia de seguridad, debe aportar los medios para alcanzarlos y debe controlar los resultados periódicamente. Para ello ha de contar con un Plan de prevención de riesgos laborales (del que ya hablamos hace un tiempo).
- La organización preventiva. Debe contarse con un Servicio de Prevención, ya sea interno o externo. Deben formarse además los Comités de Seguridad y Salud, y designarse los delegados de prevención.
- La recogida y el tratamiento de la información. Debe asegurarse la recogida de toda la información que genera el programa de prevención, y debe asegurarse de que esa información llega a todos los interesados.
- La formación e información. Deben desarrollarse todas las acciones formativas e informativas para la aplicación del programa preventivo.
Los principios de prevención deben ser asumidos por toda la empresa, incluyendo a todos los que en el orden jerárquico la integran, desde la Dirección hasta cualquier trabajador, pasando por toda la cadena (organigrama) de los diferentes mandos intermedios.
Muy útil puede resultar consultar el libro gratuito en pdf de Fremap Manual de gestión de prevención de riesgos laborales de los autores Ángel Luis Sánchez Iglesias, Fernando Villalobos Cabrera y Antonio Cirujano González.
En esta presentación podemos ver los diferentes riesgos a los que puede estar expuesto en el lugar de trabajo como técnico en Instalaciones de refrigeración y climatización y las medidas preventivas que se deben tomar.
Para finalizar el tema de hoy, un vídeo formativo sobre prevención de riesgos laborales.
Espero que este post haya sido de vuestro interés. Me encantaría, más que nunca, ver vuestras valoraciones y leer vuestros comentarios a través de las herramientas que este blog pone a vuestra disposición.
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