La necesidad de introducir medidas de flexibilidad en las políticas estratégicas de las empresas, que contribuyan a facilitar la adaptación a la demanda actual del mercado y a ser más competitivas en una coyuntura de crisis internacional, está dirigiendo la atención a la forma en la que gestionamos los horarios del personal. Un ejemplo muy extendido es la intención de disminuir las horas extras y la subcontratación, introduciendo una pactada flexibilidad del horario.
Una mala gestión de los horarios laborales o de las medidas de flexibilidad puede acarrear un impacto negativo importante en las empresas. El resultado de dichos impactos puede ser cuantificable económicamente en algunos casos y en otros difíciles de detectar y, sobre todo, de asociar el efecto con la causa que lo ha generado.
Los resultados de disminución de costes que conlleva una correcta gestión de los horarios laborales pueden ser:
- Disminución de costes, con un óptimo dimensionamiento de la plantilla.
- Reducción del número de horas extras.
- Los costes invisibles: la complejidad de los horarios laborales
- Reducción del absentismo y de la rotación de personal.
- Disminución importante del número de incidencias, facilidad para la consulta de información y registro de todos los eventos que afectan al proceso de gestión de los horarios.
- Asistencia a la toma de decisiones, ante una urgencia o cambio en la planificación o programación.
- Disminución de la dedicación de los responsables de organizar el tiempo de trabajo del personal, que podrán invertirlo en tareas de mayor valor añadido y más relacionadas con su especialidad.
Sin embargo, el efecto más grande que supone la adopción de medidas de flexibilidad laboral lo constituye la posibilidad de adaptar la capacidad de producción o de servicio a las necesidades de la demanda en cada período de tiempo, asegurando un nivel de servicio en el que se ofrezca la máxima calidad.
En definitiva, hay una evidencia de la mejora del clima laboral en las empresas, con el correspondiente beneficio que supone la posibilidad de retener el personal y la de atraer talento, utilizando la gestión de los horarios laborales como un elemento diferenciador.
Vamos a poner como ejemplo Microsoft. En un documental por televisión comentaban que los ingenieros en Redmond no tienen un horario marcado, sólo han de cumplir su jornada laboral. Eso significa que si por razones personales entran una hora y media más tarde no pasa absolutamente nada mientras cumplan su jornada de "x" horas.
En España ya hay varias empresas como GB Food o King que dentro de sus oficinas tienen salas de recreo para que sus trabajadores puedan desconectar unos minutos de su trabajo. ¿Es éste el camino a seguir en el futuro?
Por último, os dejo un vídeo que nos habla de la complejidad de los horarios laborales.
Espero que este post haya sido de vuestro interés. Me encantaría, más que nunca, ver vuestras valoraciones y leer vuestros comentarios a través de las herramientas que este blog pone a vuestra disposición.
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