En los años 20 del siglo pasado, la supremacía en ventas del Ford T, el vehículo que había motorizado norteamérica, estaba tocando a su fin. La virtud del Ford T no estaba tanto en sus cualidades mecánicas como en un concepto de producción que ahorraba costes y ofrecía un producto sencillo a un precio sin competencia. En Europa no existía aún este tipo de coche, de modo que en esos años muchos trabajaron en dar con un formato de coche que pudiese venderse masivamente, un “coche del pueblo”. Había de ser un coche pequeño pero capaz para transportar a 2-4 personas, por tanto no podía ser un “minicoche”.
En palabras de Pierre Boulanger, quien dirigió el proyecto, se trataba de crear “Un paraguas con cuatro ruedas”, un vehículo rural “capaz de transportar a dos granjeros y 50 kg de patatas a 60 km”. Un planteamiento radical en el que siempre se cita su famosa frase “No quiero ni oír hablar de diseño”.
Debía acarrear el su equipaje o carga de modo que no debía estar submotorizado. Tenía que ser capaz de soportar las pésimas carreteras de la época y de ahí que demandase nuevas suspensiones y bastidores. Tendría que ser eficiente en el consumo de combustible por eso las formas aerodinámicas serían clave. Y por último tenía que simplificar el proceso de producción para favorecer la economía de escala.
A principios de la década de los 30 de aquella búsqueda surgieron dos coches claves para la historia: el Volkswagen en Alemania y el Citroën 2CV en Francia. Sin embargo el objetivo de estos dos coches era ligeramente divergente. Mientras que el Escarabajo respondía a las expectativas de progreso urbano de una Alemania industrializada, el planteamiento del 2CV se ajustaba a las necesidades de una gran población rural en Francia.
El 8 de octubre de 1948 en el Salón del Automóvil de París se mostró finalmente por primera vez la versión del TPV tal y como se conoce hoy en día, con un motor bicilíndrico refrigerado por aire de 375 c.c. y una potencia de 9 CV. La producción del 2CV dio comienzo en 1949 y finalizó en 1990, vendiéndose solo en Europa. En un inicio su motor cubicaba 350cc, lo que le confería una potencia máxima de 8 hp (DIN-HP) que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 65 Kilómetros por hora.
En 1954 se aumentó su potencia a 10 HP, que le posibilitaba llegar hasta los 80 kilómetros por hora. En 1974 la potencia de su motor ya alcanzaba los 24 HP y su velocidad máxima los 102 kilómetros por hora. Los motores de los últimos modelos cubicaban 602 cc y entregaban 30HP de potencia, posibilitando una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora.
A pesar de sus más altas prestaciones (casi se había doblado la capacidad del motor y cuadriplicado su potencia y doblado su velocidad máxima) el peso de este coche hippy, seguía siendo el mismo. Hoy en día no existe ningún coche que haya seguido una evolución parecida. El modelo más pequeño de Citroën en el mercado, el C1, pesa 810 Kilogramos (incluso empleando materiales más livianos en su montaje). El motor del C1 cubica 998 cc, siendo su potencia máxima 68 HP y su velocidad máxima 157 Kilómetros por hora.
Durante las cuatro décadas de vida del modelo se vendieron cinco millones de unidades, contando la carrocería tradicional y la versión furgoneta. Si se suman las cifras de ventas del Méhari y el Dyane 6, construidos sobre el mismo chasis, las ventas alcanzaron siete millones.
La reparación del vehículo se podía lograr con unas herramientas básicas: el capó, las puertas, y el portón se desmontaban sobre raíles sin tornillos, las aletas delanteras con la llave de bujías y los asientos desmontándolos de los raíles. Estas características se mantuvieron hasta el final de su fabricación.
Fueron tan pocas y relativamente pequeñas las modificaciones que se podía transformar un 2 CV moderno en uno antiguo y viceversa con relativamente poco dinero.
Para finalizar el tema de hoy dedicado a este coche, os invito a ver dos bonitos vídeos más sobre el mítico Citroën 2CV.
Espero que este post haya sido de vuestro interés. Me encantaría, más que nunca, ver vuestras valoraciones y leer vuestros comentarios a través de las herramientas que este blog pone a vuestra disposición.
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